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CON 5 SUEÑOS BAJO EL BRAZO

de Paola Valeri – pvaleri@pvaleri.net
Consultora – Coach sistémica

Sentada en el tren de vuelta a casa, después de cuatro días intensos en el Máster Internacional de Coaching Por Valores, reviso los apuntes y una frase me llama la atención: “trabajar en el mundo de las ideas antes de devolver los problemas ya resueltos al mundo real”.


DEL ENFOQUE EN EL PORQUE…

La formación clásica nos dice que para encontrar soluciones tenemos que comprender los problemas, desmenuzarlos, buscar datos, hacer mediciones, identificar errores, pautas, tendencias, responsabilidades, etc.
…HACIA EL ENFOQUE EN EL FUTURO

Hay otro enfoque, el de las soluciones, que nos invita a buscar la excepción, descartar lo que está mal y poner el foco en aquello que funciona para ver qué podemos aprender de lo que ya hemos hecho.

Sin embargo, cuando partimos de los valores el viaje arranca en el mundo de las ideas y mira hacia adelante, no hacia atrás. Parece un pequeño detalle, pero es esencial porque es allí, hacia adelante, donde podemos imaginar.

Ir al mundo de las ideas y volver a la realidad con la solución bajo el brazo tiene mucho que ver con el sueño: la motivación de la ilusión.


¿HAS TRABAJADO EN TUS VALORES?

Coaching por Valores está basado en el modelo teórico que Simon Dolan ha creado tras dos décadas de investigación, cuenta con una metodología que guía al profesional paso a paso y con una potente herramienta de trabajo, el juego “El valor de los valores”.

A través del juego, los clientes usan los valores marcados en la baraja como canal para ir hacia lo abstracto, permitirse una reflexión ‘allí arriba’, reconocerla, aceptarla, integrarla y entonces volver ‘aquí abajo’ con unas balizas claras y bien ancladas: los cinco valores que han escogido. Cuando el cliente mira por primera vez la secuencia de sesenta valores, tiene la sensación de que todos son imprescindibles. En el proceso de distinguir y descartar la persona realiza su reflexión sobre qué es lo que considera valioso y qué no en el momento.
VALORES: FUERZA DE GRAVEDAD

Los valores son el motor que alimenta nuestras acciones, son también el filtro a través del cual interpretamos la realidad y la fuente de donde nacen las emociones.

Cuando estamos alineados y en conexión con nuestros valores fundamentales, nuestra vida fluye y no percibimos contradicciones, pero cuando actuamos en contra de nuestras propias creencias, surgen el malestar, el conflicto y el estrés.

Una vez que nos atrevemos dibujar el perfil del sueño a futuro, llevarlo a lo concreto es mucho más fácil.

¡Probar para creer!

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El video del articulo

 

LAS QUE MAS UTILES HAN SIDO… Y SIN NOTA /2

de José Manuel Iñiguez

piensa con el video – sonríe con la viñeta

Hace unas semanas compartí con vosotros algunos de los más interesantes aprendizajes que recuerdo de mis años de adolescencia, y que  reconocía que con el paso del tiempo y una vez incorporado al mundo laboral más útiles me han sido.

Por repasar mi precedente articulo  (pincha aquí para leerlo en otra pestaña) mencionaba: 1.  El balance entre derechos y deberes. 2.  Respeto y aceptación del diferente. 3.  Es rentable trabajar por el cambio. 4.  Mi confianza al servicio de lo común.

Hoy quiero mencionar otras cuatro ideas igualmente útiles y que, sin tener claro la época concreta en que empezaron a ser parte de mi, son sin embargo cruciales en el día a día. Comparten con las anteriores, además de la utilidad, la necesidad de ser desarrolladas cuanto antes mejor y encontrar tanto en la familia como en el centro educativo el espacio y el tiempo para su adquisición.

5. La resiliencia.
En un mundo donde los cambios se suceden cada vez más deprisa y donde nadie se puede quedar al margen el desarrollo de la resiliencia es una prioridad para un alumno antes de enfrentarse al mundo laboral. Aunque reconozco que en mi caso todo empezó en mi casa, es también cierto que mis maestros tuvieron un papel relevante y no solamente en su potenciación sino también en su testeo y medición. Siento que aplicaron el “zapato a mi medida” y esto, ahora reconozco, ha sido de gran ayuda.
Sin querer entrar en detalles, en los que no soy un experto, si quiero mencionar como ingredientes en mí de la resiliencia a los siguientes componentes: Inteligencia Emocional, Confianza, Empatía, Optimismo y Perseverancia.
Todavía recuerdo algunas pruebas, prácticas y trabajos en los que me pusieron a prueba y como, tanto a nivel individual, como sobre todo cuando tenía que trabajar en equipo los componentes de la resiliencia se potenciaban poco a poco. Es claro que en este tema la práctica de deporte y sobre todo cuando era un deporte de equipo y sometido a una cierta oficialidad que necesitaba de entrenamientos reglados, disciplina, y estrategia de equipo por encima de la individualidad fue muy importante para la formación de la personalidad.

6. Gusto por el aprendizaje.
Este es un aspecto que quizá más me ha servido a la hora de enfrentarme a las diferentes tareas en el desarrollo profesional y que más ha contribuido a la motivación positiva en los tiempos de cambio. El aprendizaje siempre está en mis manos y es un valor seguro por lo que, sea o no acertada la decisión, el aprendizaje es siempre un resultado de éxito. La curiosidad, el ánimo por crecer y la motivación por la mejora continua hacen que la innovación encuentre el terreno abonado y, en mi caso, el gusto por el aprendizaje está en la base.

7. Disfrutar del camino.
No agobiarme por el futuro, no preocuparme sino ocuparme y poner la energía en el camino y disfrutar del mismo sigue siendo, todavía hoy, un reto para mi.  Ahora bien, gracias a los días en que discutía con algunos de mis compañeros y maestros sobre el sentido de la vida y la importancia de hacer felices a los que están hoy cerca, mi natural inclinación “preocupadiza” ha sido soportable. Además me ha servido para sortear y salir a flote en los cambios con incertidumbre y cuando la sensación de inseguridad que mostraba el futuro era evidente. Hoy es cuando estoy y merece la pena aprovecharlo.

8. Mirar para delante.
Mirando para atrás te chocarás con la farola, me decían. Hoy sigue habiendo farolas y sigue siendo cierto. Si los ojos los tenemos delante será para algo…
Y termino de la misma manera que en el artículo hermano.

Las anteriores materias siguen siendo áreas de mejora y después de muchos exámenes no se si estaré aprobado. De lo que  estoy seguro es que sin la ayuda y el ejemplo de mis maestros mi desempeño como profesional estaría siendo seguro más ingrato y no habría disfrutado tanto del camino como lo he hecho.

Así que muchas gracias queridos maestros y la nota que llegue cuando quiera.

ESCUELA DE COACHING PARA PADRES

escuela de coaching para padres

En colaboración Carlos Melero

El curso nace desde la inquietud personal y convierte el concepto del Lider-Coach tan de moda en las empresas, en el Padre-Coach, tan necesario en las familias.

Fomenta la aparición de lo que los jóvenes necesitan de los adultos para escucharlos, lo que falta en las relaciones padres-hijos y lo que los padres pueden aportar para que sus hijos se desarrollen como personas basándose en tres pilares: amor, respeto y coherencia.

¿Porqué no contactas con uno de nuestros asesores?
Descubrirás como LA ESCUELA DE COACHING PARA PADRES puede ayudar a ti o a tu centro educativo ya ahora.

Responsable de las relaciones con el cliente:
Carmen Ramírez Ayala 
contact@coach2enjoy.org
+34 691 765 959

LAS QUE MAS UTILES HAN SIDO …Y SIN NOTA

VERSIONE ITALIANA

de José Manuel Iñiguez

Mi colegio: los Sagrados Corazones de Miranda de Ebro
Mi colegio: los Sagrados Corazones de Miranda de Ebro

En los últimos meses estoy tratando de empaquetar algunas reflexiones acerca de las ideas, en mi opinión fundamentales, para hacer que el liderazgo tenga como misión prioritaria la de la sostenibilidad del proyecto empresarial.
En este camino se cruzan en mi cabeza historias pasadas con visiones de futuro y se mezclan las preguntas con las respuestas, en algunos casos sin orden aparente, y en todos me cuesta separar la figura del líder como alguien externo al equipo y lo suficientemente fuerte como para escapar a su propia realidad como persona, sus experiencias, sus aprendizajes y sus propios desafíos.

En estas me encuentro de tal manera que tengo la necesidad de agradecer públicamente a aquellas personas que han influido en mi y que con sus ideas me han permitido disfrutar de mi trabajo y avanzar en los momentos difíciles. Y sobre todo a los “maestros” que en la época del colegio me marcaron con un sello de excelencia en materias en las que nunca me aprobaron y en las que, eso sí,  a lo largo de la vida he tenido exámenes todos los días.

Os mencionaré a modo de claves aquellas áreas que recuerdo con más cariño, no por lo que fueron en aquel momento sino por lo útiles que me han sido después.

  1. El balance entre derechos y deberes. En esta sociedad en la que hemos tenido la suerte de nacer y vivir acostumbramos a defender y exigir nuestros derechos como algo inherente al haber nacido. Sin ningún interés en polemizar reconozco que me ha sido más útil en mi desempeño profesional, tanto como jefe como colaborador, el pensar antes en mis deberes que en mis derechos. Hay quien mezclaría este tema con la generosidad aunque yo prefiero llamarlo balance entre lo que doy y obtengo y a mí me enseñaron a no pedir y menos exigir, aquello que yo no esté dispuesto a dar.
  2. Respeto y aceptación de las diferencias. Reconozco que me es más cómodo tratar con los míos, con los que piensan como yo, con los que hablan mi idioma, . . ..Ahora bien he de admitir que mis mayores “éxitos” profesionales han venido de la cooperación con los complementarios y que esto ha sido posible gracias a una educación arraigada en el respeto y la aceptación de aquellos que, de inicio, no son los más próximos pero que en el trabajo honesto y la discusión constructiva me han enriquecido y me han facilitado la superación y la mejora. ¡Gracias a mis maestros! porque me dieron apertura de miras, me quitaron los miedos a lo diferente y me enseñaron a querer por dentro y desde dentro.
  3. Es rentable trabajar para el cambio. Aunque en términos de rentabilidad externa y visible a corto plazo no siempre sea palpable el trabajo por hacer un mundo mejor, y por aquello que tiene sentido, es lo que más satisfacción produce y además es duradero. Y digo cambio porque, aunque entonces no era consciente, lo único que es permanente es el cambio y si no estoy dispuesto y preparado para trabajar por él, los demás serán los que decidan por mi y casi seguro que me gustará menos. Muchas gracias por ayudarme a no conformarme con lo fácil, a no facilitarme el aburrimiento, a empujarme hacia lo nuevo, a soñar y confiar en que es posible.
  4. Mi confianza al servicio de lo común. Años después he podido poner nombre a algunas cosas que entonces eran solamente características, cosas que ocurrían. Este es el caso p.e. de la resiliencia. Cierto es que la palabreja se las trae pero también es cierto que como el camino tiene sus piedras y sus pendientes, el levantarme después de la caída y seguir con ánimo hacia la cima se lo debo a mis maestros de antaño. Quiero dejar constancia que lo que tira de mi en esos momentos duros es la confianza en mi y en que el futuro siempre merece la pena y que si mi trabajo tiene un objetivo común que trasciende lo personal todavía merece más la pena. Gracias por haberme forjado en que el sacrificio por un bien común es enriquecedor y siempre compensa.

Las anteriores materias siguen siendo áreas de mejora y después de muchos exámenes no se si estaré aprobado. De lo que  estoy seguro es que sin la ayuda y el ejemplo de mis maestros mi desempeño como profesional estaría siendo seguro más ingrato y no habría disfrutado tanto del camino como lo he hecho.

Así que muchas gracias queridos maestros y la nota que llegue cuando quiera.

¿Y SI PONEMOS MÁS AMOR Y MENOS MIEDO?

VERSIONE ITALIANA

de Carmen Ramirez

Hablar a los adolescentes

Dedico este articulo a mis padres y a todos los padres, que nos han permitido ser lo que hoy somos. Felices.

Siempre que pienso en mi adolescencia, me viene una imagen que tengo grabada. Soy yo tras la puerta de mi habitación, con mis zapatillas de bota blancas John Smith y mis pantalones vaqueros pitillo lavados a la piedra. Estoy sentada en el suelo, con la cabeza entre las rodillas llorando desconsolada por algo que mis padres no me dejaron hacer. No recuerdo en concreto que fue lo que me prohibieron pero sé que ese día mientras lloraba, mi único pensamiento era que quería estar sola en el Mundo y que sentía mucha rabia que tampoco me atrevía a expresar.

Nadie me enseñó a comunicar mis sentimientos de manera serena.
Y  en el colegio tampoco estaba esa asignatura.

Al hilo de esto, tengo especial debilidad por los adolescentes, más que por los que están en la pre-adolescencia …que francamente creo que sean todos términos puramente teóricos: siempre se trata del único gran trabajo de convertirse en adultos.

Hoy tengo más claves para que funcione la relación con tú hijo adolescente. Te las paso por si alguna te sirviera.

Lo que más necesita un adolescente no es más de lo que necesitamos cualquier adulto: es atención.
Que sepa y sienta que estás a su lado y que pase lo que pase, pueden contar contigo. Porque también ella/él tiene miedo. Hay que entrenar el arte de la escucha.
Y hoy sé que nada es más importante para el acercamiento a una persona adolescente que darle atención desde el corazón, con paciencia sí y con amor.
Si, en alguna de mis rabietas de adolescente alguna persona se hubiese parado hablar conmigo desde el corazón, sin juzgar, sin etiquetar, explicándome el porqué de ese “no” aunque la razón fuera banalmente por el miedo, quizá mis rabietas no hubieran sido tantas..

El reconocimiento es clave para nuestros hijos: que sepan que pensamos que no es todo malo.
Nuestros hijos también pueden hacer las cosas bien. A su manera. Los padres, prohibimos cosas a los hijos de esta edad por miedo a que se pierdan momentos de la vida, por miedo a que les pase “algo malo”, por miedo “al qué dirán”. En definitiva por miedo. Incluso tenemos miedo de explicar ese miedo.
(En ese sentido echale tambien un vistzo al articulo de Paolo sobre la buena educación. ¡Pincha aquí!)
Sugiero pensar y decir una cosa buena, al menos una cada día. Cuando vayamos a cuestionarlos hacerlo siempre desde el “qué ha pasado” mejor que desde el “qué has hecho”.

Hacer actividades en familia, el simple hecho de ver una peli juntos el fin de semana mientras comemos palomitas en el sillón, cada semana elige uno.  Pequeñas excursiones, paseos, comidas especiales, cualquier actividad en la que se sienta partícipe vuestro hijo-hija. Y lo más importante, disfrutala, desconecta, siente la familia, recuerda prestar atención, escuchar.

De qué hablamos:
Entrena la paciencia y cuenta hasta 5, 10, 20, 30… o piensa en algo bonito o en una imagen relajante para evitar explotar.
Escucha, aunque muchas veces atenderás a cosas que no te gusten o no te apetecen. La mayoría de las veces, mientras te explican “sus problemas” en voz alta, se dan cuenta de las posibles soluciones. Podéis encontrarlas juntos.
Sonríe, crea alianzas.

Y simplemente…

¿si ponemos más amor y menos miedo?

 

EDUCAR LOS LIDERES DE MAÑANA /1 – ASERTIVIDAD

VERSIONE ITALIANA

de Paolo Iudicone

Publicidad del Grupo Vips

Como los seres humanos necesitan a los demás en cualquier nivel, madres y padres trasmiten a la prole las reglas que codifican las relaciones. Estas reglas son los así dichos “buenos modales”. A lo largo del tiempo, el aprendizaje de estos buenos modales se ha confundido con una “buena educación”, no obstante sea solamente una parte del dilatado proceso pedagógico.

Invitamos a las madres y los padres a volver al origen de la buena educación, para no confundir el medio (el modelo de conexión entre seres humanos) con el fin (conseguir la feliz participación de los hijos en la sociedad).

UNA PROVOCACIÓN.

Actúa de manera que tus hijos respeten sin falta las reglas de la buena educación y obtendrás niños adaptados[1].
Actúa de manera que tus hijos cultiven confianza en si mismos y hacia los demás y obtendrás adultos de verdad[2]. Que, por cierto, se distinguirán por sus buenos modales.

EDUCAR PARA LA ASERTIVIDAD.

Frecuentemente damos la así dicha buena educación como un valor de por si.

De la misma forma la trasmitimos a nuestros hijos. De alguna manera, esto conviene: los hijos hacen “lo que tienen que hacer”, lo cual, en la mayoría de los casos, coincide con lo que es bueno para ellos. Eso comprensiblemente tranquiliza el educador (para una visión diferente, lee también el articulo de Carmen Ramirez aquí).

La consecuencia es que, una vez crecidos, serán corteses pero solamente para caer bien y agradar, imitando servilmente los comportamientos aprendidos de sus educadores.

Sin embargo no eligen, porque ninguno de los educadores les ha explicado el entendimiento de naturaleza ética y social a la base de este tipo de conducta. Eso le habría permitido hacerla propia. Simplemente “se hace así, te guste o no”.

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Volvemos a la origen. Los buenos modales realmente nacen con un objetivo.

En la mayor parte del mundo animal, la relación padres-hijos se acaba cuando los primeros han hecho de sus hijos unos seres independientes, es decir les han dotado de los recursos para sobrevivir en el Mundo. Normalmente, significa que ellos pueden atender sus propias necesidades (casi completamente) solos.

Para las mujeres y los hombres modernos el escenario es sustancialmente diferente. Esta capacidad de sobrevivir, así como incluso lograr el éxito a niveles más altos, depende de los demás seres humanos. Tanto la satisfacción de las necesidades fisiológica (desde comprar la comida) así como la satisfacción de las psicológicas (reconocimiento, pertenencia, autorrealización) derivan de unas “transacciones” con otros seres humanos.

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Las competencias relacionales son determinantes y, entre estas, “pedir eficazmente” es fundamental.

Dados las premisas antes mencionadas, la conclusión nos parece evidente. Pedir es una competencia fundamental. De hecho en COACH2ENJOY facilitamos que los jóvenes incorporen estas habilidades trasversales en paralelo con las enseñanzas «verticales» propias de la formación escolar.
En la base de cualquier petición bien hecha está la consciencia de que uno puede y merece pedir. Eso pasa si confías en la bondad de los demás y te sostienes sobre una solida autoestima. En resumen, estamos sugiriendo criar personas asertivas. Este tipo de persona, cuando ofrezca un buen trato, lo hará porque le conviene y quiere.

También se precisa sentir que uno es capaz de pedir. Haber aprendido los buenos modales significa conocer (o mejor dicho, saber de conocer) las claves para conseguir lo que uno necesita.

Por cierto, la interacción “educada”, no agresiva, hasta incluso exquisita, es en primer lugar una manera de ganar, con más o menos facilidad, la atención y la colaboración de nuestros interlocutores.

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Para conseguir el máximo provecho de la relación, es necesario que el comportamiento esté basado en un respeto autentico del otro.

Si nos ceñimos a una perspectiva utilitarista ¿que más da si los buenos modales son auténticos en lugar de ser simplemente formales? Distinguimos dos razones, una externa (para la relación) y una interna (el bienestar personal).

  1. En primer lugar la transacción será más eficaz y eficiente. Damos un paso atrás para explicar este concepto. Los buenos modales pueden aparecer en dos escenarios: en la aceptación pasiva de las reglas y una visión oportunista de la transacción o más bien en la sincera consideración del interlocutor.
    Entre adultos asertivos se abre una conversación para la consecución de los objetivos individuales y se genera una negociación para la optimización del bienestar mutuo. A raíz de esto, es eficaz y eficiente entablar un dialogo en que cada uno escuche también las necesidades del otro. Eso permite llegar antes a la conclusión de la negociación.
    Es más, solamente por haber brindado el reconocimiento que viene de la escucha autentica, un pilar del bienestar humano, los buenos modales se vuelven a nuestro favor, como un valor añadido en la mesa de la transacción. En el caso opuesto, la innata capacidad de leer la incoherencia entre verbal y no verbal, permite desenmascarar una actuación no autentica, lo cual al final se convierte en desventaja.
    Por eso en coach2enjoy estamos convencidos que no hay alternativa: un hombre de verdadero éxito tiene incorporado el valor del altruismo.
  2. En segundo lugar, la amabilidad que nace de la asertividad es necesaria para el bienestar del individuo que la practica y su misma felicidad.[3] «El hacer cosas para los demás es algo admirable a veces, pero si se hace a expensas de uno mismo, simplemente enseñarás a los demás a comportarse de manera que solo puede engendrar resentimientos». Una persona que se mueva en la vida en el respeto pasivo de las reglas, delega su felicidad a un elemento externo e inevitablemente no la consigue[4].

Francesc Torralba da un paso más allá: «es (…) la calidad de los vínculos que da sentido a la vida, la exquisitez del trato que somos capaces de dispensar»[5].

Si es esta la medida del éxito, el crear relaciones cálidas y sinceras, ¿qué más puede desear un padre sino dar a su hijo la posibilidad de vivir de la manera más exitosa posible?


[1] BERNE (2007). “JUEGOS EN QUE PARTICIPAMOS”, RBA LIBROS, S.A., BARCELONA.

Padre, Adulto, Niño son los tres estados del yo definidos en Análisis Transaccional. Cada uno con sus propias funciones, definen la personalidad.  El Padre es donde se encuentran los sentimientos, enseñanzas, ejemplos que hemos aprendido e interiorizado de nuestros educadores y de las otras figuras adultas relevantes. El adulto es la parte racional de todos nosotros, en la que procesamos la información. Examina y evalúa la situación según el resultado, basándose un cálculo de probabilidades. El niño concierne a la espontaneidad y la emoción. En particular, distinguimos el “niño natural”, a decir espontáneo, del “niño adaptado”, a decir bueno, obediente y dócil bajo el control del padre interior, Este último actúa para conseguir aceptación: en positivo contribuye activamente en el marco de las reglas, en negativo suscribe pasivamente las reglas y se somete, compadeciéndose, al Padre interior. [2] STEWART, JOINES (2007). “AT HOY. UNA NUEVA INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS TRANSACCIONAL”. ED. CCS. MADRID.

[3] Para no hablar del circulo virtuoso que nos devuelve bienestar favorecendo la felicida de los demás.

[4] DYER (1978), “TUS ZONAS ERRÓNEAS”, RANDOM HOUSE, BARCELONA.

[5] TORRALBA (2008), “EL SENTIT DE LA VIDA”, ARA LLIBRES, BARCELONA.